Érase una vez un muchachillo ya medio crecidito que iba todos los días a la escuela. Este muchacho tenía un horario medio raro en la escuela por lo que a veces tenía muchas horas libres. En esas horas libres a veces se le pegaba una muchachita medio fastidiosa, y lo acompañaba con una plática igualmente castrosa pues lo único que hacía era hacer muchas preguntas.El paciente muchachillo se mostraba tolerante y agradable con la niña pues desde hace un año que la conocía no le caía mal, sin embargo el paciente muchachillo eventualmente se transformó en un fastidiado e impaciente muchacho pues la fémina continuaba con su habitual interrogatorio-plática cuando se encontraban. Él procuraba soportarla, y cuando ya no podía más intentaba hacerle entender de manera sutil que no le era muy agradable su presencia; pero ella no captaba los mensajes.En una de aquellas infortunadas ocasiones en que el muchachillo no logró escapar a tiempo de la escuela y fue desgraciadamente interceptado por la muchacha, él pretendía ir a comer, puesto que tenía muchas horas libres, e intentó hacerle entender a la niña que quería comer solo; no entendió el mensaje, por supuesto, y se le pegó al exacerbado muchacho como mosca. Él fue a comer y ella pretendió hacerle compañía, compañía así a lo menso, a lo bruto, pues el muchacho ni pidió la compañía ni la quería y al final terminó por arruinarle la hora de la comida, pues a él ni le gusta hablar cuando come y ella se la pasó nomas' viendo. Una situación bastante molesta.Otro día, en que el muchacho ya iba de salida, a centímetros de salir por la puerta... ¡¡¡CHIN!!!, la muchacha lo interceptó justo antes de que se escapara. Pretendió deshacerse de ella con tácticas evasivas, pero nada funcionó. Por si fuera poco lo acompañó hasta donde él tomaba el transporte (sí, ella lo acompañó a él) y antes de despedirse la muchacha le dijo que si podía hablar seriamente con él, mañana. El muchacho se fue rápido, agradecido porque por fin se había librado de ella pero imaginándose la plática que quería. Sí, exactamente lo que ustedes se imaginan.Y llegó el mugroso siguiente día, y el muchacho entregó sus tareas en clase, pero no podía irse de la escuela porque tenía muchas más tareas que hacer y eventualmente la muchacha lo localizó, porque eso sí ya tenía bien memorizado todo mi horario... es decir, el horario del muchacho. Y bueno, lo encontró desayunando, y le arruinó el desayuno porque otra vez estuvo ahí como mosca nomas' viendo. Y luego que el muchacho se acabó su nutritivo desayuno decidió irse a la biblioteca a continuar la tarea, y la #%&?°@" muchacha lo siguió a la biblioteca, lo siguió mientras buscaba un libro en el catálogo, lo siguió mientras iba a buscar el libro a los estantes... castrante. Y ella callada, acompañando a lo menso, y él exasperado, molesto, irritado, a punto de soltar madrazos, se sentaron en un mesa. Ahí pasó otra terrible media hora de silencio insoportable hasta que el muchacho, en un intento de hacerle entender a la muchacha que se largara porque lo molestaba, dijo: "Si estás aburrida, no tienes por qué sentirte obligada a quedarte";a lo que ella respondió: "No estoy aburrida". ... ... ... Obviamente no entendió el pinche mensaje.Pero no tardó mucho en empezar a escribir algo en un hoja; sí, el muchacho tampoco podía creer que la cosa fuera a ser tan infantil. ¿Una cartita en hoja de cuaderno? Llegó mi salvación cuando un compañero de equipo me encontró y me llamó para seguir haciendo otra tarea. Con gusto y con prontitud accedí a ir con él... eeeeeeh, bueno, es decir... el muchacho accedió... ooh, bueno, ya.... es bastante obvio que estoy hablando de mí....El chiste es que cuando ya me largaba la niña esta me dió la carta, me dijo que la leyera después y por fin se fue. Después, leí la carta y sí, decía... pos esas tonterías... decía algo más o menos así:No, no me podría aburrir estando contigo. (¬¬ no entendió el mensaje)Pero me pongo muy nerviosa estando contigo y a veces no sé qué decirte; por eso tampoco me atreví a decirte lo que quería decirte. Quería decirte que me gustas, que no necesariamente significa que quiero andar contigo pero quiero que te des la oportunidad de conocerme y que te conozca. Te dejo mi teléfono por si quieres decirme algo.Y así termina este cuento y todos vivieron felices para siempre.No, bueno, eso pasó. Y como se imaginarán, no, no le llamé para decirle algo; por dos razones: primero, porque me tenía al borde de la desesperación con su actitud obsesiva de acompañamiento, sus preguntas atocigantes y su excesivo interés por preguntarme a qué hora salía y entraba de mis clases, y segundo, porque me parece que por la forma en que me lo dijo, con carta, se merece que se lo conteste de la misma infantil manera, por carta.Sé que sueno medio cruel al relatar esto, pero les juro que me sentí muy incómodo, demasiado presionado por como se portaba. Lo cierto es que no me cae mal, pero me saturó y terminó con mi paciencia y eso evita que pueda ver esta situación con un poco de empatía. Más aún, me molestó lo de la carta, porque si me lo hubiera dicho de frente hubieramos aclarado las cosas en ese instante y ya, todos felices. Porque aparte de todo, la señorita quiere que le llame.En fin, ya es el fin. Disculpen mi exasperación.
jueves, diciembre 31, 2009
Cuentitos y cartitas
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
jajaja una acosadora x3
te entiendo, tengo a mis acosadores tmb ¬¬...
lo q debes hacer es dejarle muy claro q no quieres nada con ella, no seas muy cruel solo actua con diplomacia.
y trata de alejarte por ella hasta q se le pase.
suerte
baiiiiiiii y feliz año :3
No es el problema solo el acoso, lo peor es que no quiera entender.
Me parece saludable que tomes distancia por carta, es lo más adecuado.
Jaaaa'...
Mira hay que reconocer dos cosas importantes de esta chavita:
1. Tomar la iniciativa de buscar, acompañar, caminar con, interrogar y todo eso es muuuuuuuuy difícil para una mujer, pero seguro que ella ya estaba harta de que tú pues ni la pelaras y ante eso es más fácil llegar uno que esperar a que le lleguen.
2. La carta es una buena manera de decir las cosas (aunque a mi parecer yo si hubiera preferido decirtelo de frente y aclarar las cosas de una buena vez), hubiera sido peor traerla pegada más tiempo sin saber sus intenciones.
No seas malo con ella, sé un caballero, dicelo con delicadeza y no es necesario que te alejes de ella totalmente, eso es baaaaaaaaaaastante tonto... dile que como amigos todo funcionaría pero que como algo más no puedes verla, que por ti no haby problema, colmo si no hubiera pasado nada, pero que si ella necesita espacio para dejar atrás cualquier sentimiento extraño tú lo entiendes. Agradecele lo que siente por ti y dile que tú por ella sientes mucha amistad... y ya
A mi me hubiera gustado que me dijeran eso.
Publicar un comentario